La verdadera riqueza de las naciones

Barañain

“La verdadera riqueza de una nación está en su gente”. Con estas palabras, el Informe sobre Desarrollo Humano de 1990 auspiciado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) comenzó a abogar firmemente por un nuevo enfoque desde el cual afrontar el desarrollo. 

Bajo el liderazgo del paquistaní Mahbub ul Haq, con el posterior apoyo del hindú Amartya Sen (Premio Nobel de Economía 1988) la obra tuvo un profundo efecto en la manera de considerar el progreso social por parte de autoridades, medios de comunicación, economistas, etc. En lugar de concentrarse en unos pocos indicadores tradicionales del progreso económico (como el Producto Interior Bruto per cápita), el concepto de “desarrollo humano” proponía examinar sistemáticamente una gran cantidad de información sobre cómo vive el ser humano en cada sociedad y cuáles son las libertades básicas de las que disfruta. En los últimos 20 años, esta publicación ha tenido como objetivo central enfatizar que el desarrollo trata fundamentalmente de las personas.

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