Millán Gómez
Tal y como era previsible, eta anunció un «alto el fuego» el pasado domingo. Así, sin adjetivar. En una nueva concatenación de subordinadas, la organización terrorista comunicó el cese de las «acciones armadas ofensivas», lo cual implícitamente contradice la vieja teoría etarra según la cual ellos responden a la «ocupación imperialista española». Frente al «alto el fuego permanente» de 2006, esta nueva tregua no transmite ningún concreción temporal. Esta diferencia denota una voluntad de «lavarse las manos» ante la opinión pública general y entre sus cada vez más ínfimos seguidores. Este «alto el fuego» llega casi medio año después de que la camaleónica Batasuna y la mal llamada izquierda abertzale reclamaran el fin de la violencia. A su manera, pero lo demandaron.