Después de Toronto

Lobisón

La principal noticia de la cumbre del G-20 en Toronto parece haber sido la violencia de los manifestantes en el centro de la ciudad, ante una cierta pasividad policial, seguida después por una sobreactuación que ha despertado serias críticas: tarde y en exceso. Los motivos de las protestas tampoco están claros, pero entre ellas figuraba el que el G-20 no representa a nadie, y que debía ser  sustituido por Naciones Unidas.

A la vista de los resultados, efectivamente, no habría pasado nada porque el debate hubiera tenido lugar en la ONU, y los ciudadanos de Toronto se habían ahorrado muchos sobresaltos. La idea es que es preciso reducir los déficits de aquí a 2013, y que después habrá que tratar de controlar el endeudamiento, siempre evitando que los recortes afecten a la recuperación económica. Eso y nada se parecen mucho: tarde y muy poco.

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