Alejandro Corvalán
 A menos de dos años de la crisis global, la UE ha entrado en su propia crisis. Los paÃses de la periferia europea – Portugal, Irlanda, Grecia y España; los PIGS – mantienen tales grados de endeudamiento público, que ha sido necesaria la ayuda del Banco Central Europeo. Los alemanes, principales contribuyentes de la euro-zona, reaccionaron indignados ante las medidas de ayuda, precipitando asà la caÃda electoral de Angela Merkel. Los gobiernos periféricos, asimismo, deberán someterse a fuertes e impopulares ajustes lo cual extenderÃa la crisis polÃtica, cosa que los gobiernos de Papandreu y Zapatero ya están experimentando.
 Los devotos del libre mercado han resumido la crisis como una de libertinaje fiscal. Se tratarÃa, indican, de gobiernos poco prolijos, populacheros, bien dados al gasto, al derroche y a la corruptela, y que ahora deberán pagar por la fiesta. Sin embargo, de los paÃses afectados sólo Grecia podrÃa considerarse como un deudor crónico, y lo cierto es que los PIGS mostraban balances bien ordenados previos a la crisis. Adicionalmente, conviene recordar cuantos paÃses de la euro-zona han podido mantener la regla inicial de 3% de déficit fiscal: ninguno de dieciséis.