El paro ¿un problema de oferta o de demanda?

Chuchango

La semana pasada se celebró en Madrid un seminario sobre reforma laboral, organizado por el Banco de España. Muchos datos, muchos análisis. Pero en casi todos una misma idea: el problema del paro es por culpa de los trabajadores, pues en última instancia, el que no trabaja es porque no quiere, no es más que un señorito que pide un salario alto que arruina a las empresas. Bueno, así, así… no lo contaron, es que me gusta caricaturizar un poco. En términos más técnicos se vino a decir que el problema está en la «oferta de trabajo». Si diseñamos un sistema de prestación por desempleo que obligue a los parados a buscar trabajo, una formación ocupacional que los cualifique, unas agencias de mediación que enseguida casen la oferta y la demanda adeudadas, un mercado de vivienda que facilite que los parados vayan de las regiones de alto paro a las de bajo, una negociación colectiva que negocie salarios a la baja… Vamos, si cambiamos muchos elementos de nuestro mercado de trabajo, entonces estaremos salvados. Lo que no me cuadra es cómo unas institución tan pésima creó casi 8 millones de empleos entre 1994 y 2007 (más que en toda la Historia de España, incorporando al conjunto de la población en los últimos 10 años a casi 5 millones de extranjeros, creo recodar que el mayor volumen de recepción después de EEUU). Estos brillantes economistas me dejaron con las siguientes dudas:

– Cómo fue posible que este sistema tan malo generase tanto empleo
– Por qué, los países en los que más ha crecido la tasa de paro de 2007 a 2009, con datos armonizados de la OCDE, son España (del 8,3 a 18%), Irlanda (del 3,6 al 11,9%) y EEUU (del 4,6 al 9,3%). Si Irlanda y EEUU tienen mercados de trabajo mucho más flexibles que el nuestro, ¿cómo es que son a los que más nos parecemos?, ¿por qué nuestra tasa de paro no ha seguido una evolución más parecida a Francia (8,4 a 9,5%) o Italia (6,2 a 7,2%), con mercados de trabajo más rígidos?, ¿tendrá algo que ver la burbuja inmobiliaria de EEUU, Irlanda y España, y no tanto las instituciones laborales?
– Quien va a contratar a una oferta de trabajo tan linda como la que a ellos les gustaría si no hay demanda. Pero es que además, la oferta no es tan linda. O sí, si le gustan albañiles musculosos y apuestos. De los 2,8 millones de personas en las que ha aumentado el paro desde el segundo trimestre de 2007, casi un millón se deben a puestos de trabajo perdidos en la construcción. ¿Una reforma del mercado de trabajo hará que florezca el contratador impulsivo que vuelva a montar Seseñas?

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