Frans van den Broek
En los estudios dedicados a las diferencias culturales los trabajos del holandés Geert Hofstede, presentados en varios libros, pero en particular en Cultural Consequences¨se han convertido en punto de referencia casi ineludible. Las razones son varias, pero sobre todo por la extensión de su estudio y por haber concebido o popularizado ciertas categorÃas que se han incorporado al lenguaje corriente de la investigación a este respecto. Todos sabemos, por experiencia elemental, que las culturas difieren. Lo que ya es más difÃcil saber es en qué medida y de qué manera lo hacen, y más difÃcil aún es diseñar programas de investigación coherentes en este terreno. La propia definición de cultura es problemática y sujeta a disputa, por lo que Hofstede decidió aventurar una definición simple y más bien pragmática y proceder a su investigación sin demasiados aspavientos teóricos. A decir verdad, su definición es más bien tautológica, pero es posible sacar algunas conclusiones prácticas de la misma: cultura es la programación colectiva de la mente que distingue a los miembros de una categorÃa de gente de la otra. En otras partes se refiere al software de la mente, utilizando la metáfora informática preferida por los estudiosos de la cognición.
Como fuera, su investigación se centra ante todo en lo que podrÃamos llamar valores o creencias, o disposiciones a ciertos modos de conducta. Sé que estos conceptos son cualquier cosa menos equivalentes, pero, repito, Hofstede no se hace demasiados problemas filosóficos a lo largo de su investigación, aunque sea consciente de sus limitaciones. La idea de estudiar las diferencias culturales se le ocurrió mientras trabajaba para la firma IBM allá por los comienzos de los setenta. Dada la extensión multinacional de esta empresa, pudo distribuir cuestionarios a empleados en funciones similares de más de cincuenta paÃses. Luego, aumentó su base de datos con otros estudios similares. Las preguntas son predecibles, y atienen sobre todo a la esfera laboral, pero no solamente, como ¨ ¿suele preguntar a su jefe antes de tomar una decisión?¨, o ¨ ¿qué prefiere en un trabajo, la seguridad de empleo o la satisfacción con el mismo?¨, o ¨ ¿se siente a menudo nervioso en su trabajo?¨ y otros asuntos más generales sobre la familia, el estado o las relaciones interpersonales. Las respuestas fueron luego juntadas en ¨clusters¨ y los promedios tratados estadÃsticamente. Al final, Hofstede distingue cinco dimensiones culturales y sus correspondientes Ãndices, que le servirÃan para clasificar a los paÃses según su adscripción cuantitativa a los mismos.