2010. El año de Sudáfrica

Julio Embid

Seguro que muchos de los lectores de Debate Callejero han visto Invictus, un cuento de hadas sobre Nelson Mandela y los Springboks (la selección de rugby) interpretado por el genial Morgan Freeman. Lo cierto es que el cuento elude diversos hechos que no lo hacen tan bonito, como que durante el mundial y sus prolegómenos hubo una serie de atentados afrikáners para boicotear a Mandela o que a Francia le robaron la semifinal porque Sudáfrica debía ganar ese mundial.

Este es el año de Sudáfrica. El año en que durante un mes todo el mundo mirará lo que hacen, lo que piensan, lo que comen o lo que sienten pasando después a un olvido para la gran mayoría y un bonito recuerdo para aquellos que ganen el Mundial de Fútbol. Por primera vez desde que se celebran los mundiales de fútbol se celebra en África, al sur del Sahara, en Sudáfrica.

La República Sudafricana es una potencia regional. Dispone de una superficie de casi tres veces la española con una población parecida (49 millones), la primera Bolsa de valores africana (Bolsa de Johannesburgo), su moneda (Rand) se usa también en Lesotho, Suazilandia, Namibia y Zimbabue y es el principal productor mundial tanto de oro como de diamantes. Sin embargo también tiene su cara negativa: más de la mitad de la población está bajo el umbral de la pobreza, la delincuencia controla las calles de las grandes ciudades, el paro supera el 25% (que si lo comparas con sus vecinos es una bendición) y la población afectada de VIH supera el 20%. Esto último junto a la tasa de natalidad más baja de África (2,1 hijos por mujer) y el éxodo de una gran parte de la población angloafricana en las últimas décadas (alrededor de un millón) ha hecho que la población haya disminuido desde el 2003.

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