Carta abierta a Rosa Díez

Millán Gómez

Rosa, sus declaraciones del otro día en el programa de Iñaki Gabilondo representan una auténtica falta de respeto a quienes como yo hemos nacido en Galicia. Gallego es todo aquel que ha nacido o vive en Galicia. Dicho gentilicio no tiene ningún sentido peyorativo y mucho menos varios pues, usted, en sus profundas y analíticas declaraciones, habla del “sentido más peyorativo”. Es decir, según su señoría hay varios grados pero prefirió acentuar el más grave. ¡Para qué vamos a andar con moderación! ¡Mejor el extremo, mujer! Claro que sí. Ahí tiene razón, no se lo discuto. Hace tiempo que la hemos “calado”. Ya no engaña usted a nadie o, en su defecto, a cada vez menos personas. Afortunadamente.

Usted no se ha disculpado. El problema, por lo visto, es nuestro. Según usted hemos utilizado sus palabras con el objetivo de desacreditarla y no sé cuántas sandeces más. Mentira. Usted se desacredita por sí misma cada vez que abre la boca. Yo entiendo que su ignorancia no le permite describir a Zapatero o a Rajoy con más de dos líneas. Eso ya lo sabíamos de antes. No nos pilla de imprevisto. Ya le he dicho que la tenemos “calada”. Pero, mujer, yo creo que podría usted estirar un poco más la cuerda y decir, qué sé yo, que Zapatero es un hombre, un político o algo así. Incluso el Presidente del Gobierno. Yo creo que incluso hasta usted sería capaz de decirlo. Fíjese si le doy el beneficio de la duda. Mire, aquí también echo por tierra, porque soy gallego y a mucha honra, ese viejo estereotipo infundado de que somos desconfiados. Pues no. Yo confío mucho en la gente, incluso demasiado, y, sobre todo confío en la gente que aprecio, la mayoría gallega. Y a esta gente que quiero no me la encuentro a diario en la escalera y me dicen “mira, Millán, no sé si subir o bajar”. No. Somos un país emigrante y trabajador, sabemos a dónde vamos y lo que queremos aunque muchas veces hayan meado por nosotros y hayamos dicho que llueve. Usted sabe lo que quiere pero no a dónde va. Pero esto último ya se lo digo yo, no se preocupe. Usted se ha deslegitimado por sí sola en Galicia porque en este país sus ideas no representan a absolutamente nadie.

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