Alejandro Corvalán
El sistema polÃtico de Chile ha sido alabado por su estabilidad. Pero lo cierto es que tal estabilidad muestra cierto extremismo preocupante. Durante los últimos veinte años los resultados electorales continúan reflejando la votación del plebiscito de 1988 que terminó con la dictadura del general Pinochet. La coalición de centro-izquierda Concertación ha ganado sistemáticamente la presidencia (Aylwin y Frei – demócratas cristianos – en los 90s, y Lagos y Bachelet – socialistas – en los 2000s). La Derecha, ayudada por los enclaves autoritarios de la transición, ha controlado la mayorÃa de asientos en el Parlamento a pesar de no ser el sector más votado, desde donde ha obligado a la Concertación a pactar con ellos su agenda polÃtica. La izquierda comunista, que obtiene porcentajes similares a los de Izquierda Unida española, no ha colocado nunca un representante en el congreso debido a un draconiano sistema electoral promulgado por el gobierno militar luego de perder el plebiscito.