Cambio de talante

Aitor Riveiro

Cuando el PSOE ganó las elecciones del 14 de marzo de 2004 comenzó una legislatura en la que prevaleció la valentía sobre el cálculo político. Podría decirse que, en algunos momentos de su primer mandato, Zapatero fue un temerario político.

La cosa se inició con la retirada incondicional de las tropas desplegadas en el sur de Irak. El presidente mantuvo así su promesa electoral, pese a que las circunstancias le hubieran permitido tomárselo con mucha más calma de lo que lo hizo, ya que la ONU tardó poco en dar validez a la ocupación, por lo que la guerra ilegal se convirtió en un protectorado legal. El pragmatismo y esa cosa que llaman ‘real politik’ quizá hubieran aconsejado otra cosa, y estoy seguro de que así se lo recomendaron muchos al flamante presidente, pero él se mantuvo en sus trece y llegó a aconsejar a otros países que siguieran su ejemplo.

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