Orgullo ateo

Aitor Riveiro

Si los poderes públicos (políticos) no lo impiden, Madrid y Barcelona seguirán la estela de Londres y otras ciudades británicas y sus ciudadanos verán cómo algunos de sus autobuses municipales portan una curiosa ‘publicidad’: “Probablemente Dios no exista. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”.

La iniciativa, subvencionada con donaciones voluntarias que se pueden realizar por Internet, nació en Londres a finales del año pasado cuando el famoso biólogo darwinista Richard Dawkins y la columnista del ‘The Guardian’ Ariane Sherine lanzaron una campaña cuya intención era contrarrestar la publicidad religiosa que nos amenaza a los no creyentes con pasar la eternidad, ni más ni menos, en el infierno. En dos días lograron recaudar 100.000 libras esterlinas para sufragar las inserciones publicitarias.

La publicidad religiosa cuenta con el apoyo de todas las instituciones del Estado y aquí no pasa nada: en RTVE se emite cada domingo la misa, la escuela pública dedica parte de sus recursos a adoctrinar a los niños en la catequesis, los Presupuestos del Estado ponen decenas de millones de euros a libre disposición de la Iglesia Católica, etc.

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