Si ya lo decía yo…

Barañain

Ignorante como soy,me acerco a la lectura de las noticias económicas con el mismo escepticismo con el quecompruebo mi peso (creciente, maldita sea) en la báscula de mi cuarto de baño. No la entiendo, sé que no da un peso real y no tengo ni idea de qué hacer para calibrarla. Pero como hago uso siempre de la misma báscula me conformocon verificar la oscilación entre una medición y otra.La coherencia interna del aparato de marras me sirve para alarmarme o tranquilizarme sobre mi obesidad rampante.

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