Suicidio a la italiana

Aitor Riveiro

En 2002, Francia se vio obligada a elegir entre el diablo y el jefe del diablo, entre una derecha rancia y pasada o una ultraderecha arribista y vengativa, entre lo malo, Chirac, y lo peor, Le Pen. En aquella ocasión, los franceses vieron las orejas al lobo y decidieron ir a votar en masa, muchos para aupar a su líder a la presidencia del país, pero otros tantos para impedir que la República cayera en manos del fascio.

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