La guerra está servida

Millán Gómez

El PP se resquebraja por momentos. Su supuesta unidad como reclamo electoral se diluye como un azucarillo. Tras la segunda derrota consecutiva de Rajoy en unas elecciones generales, las aguas andan revueltas en el seno del PP. Ya saben, a río revuelto ganancia de pescadores. Por ello, en este contexto de divisiones y ambiciones internas en el PP, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, está tratando por todos los medios de conseguir su mayor sueño político: ser presidenta del Gobierno. A este deseo de Aguirre le ayuda como trampolín la credibilidad perdida por Rajoy tras perder en 2004, con el precedente de una mayoría absoluta para su partido y una nueva derrota en 2008, siendo únicamente capaz de recortar un diputado de los dieciséis que le distanciaban de los socialistas cuatro años antes. Con este palmarés resulta obvio decir que los resultados obtenidos por Rajoy no son para presumir. Por mucho que él diga que le “avalan”.

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