Muy buenos días a todos.

Ceferina

Noto que cada vez me cuesta más resistirme al señor administrador cuando me pida que les escriba algo. Supongo que es en parte porque yo voy cogiendo más soltura al escribir y en parte porque ustedes son muy cariñosos conmigo. Sobre todo don Amistad Cívica. Hoy solo puedo hablarles de Mary Luz Cortés, la pobre niña que fue asesinada y que yo creo que no lo habría sido si todos hubieran cumplido con su obligación. Y les hablo de esto porque a mí me ha impresionado mucho, como supongo que les ha pasado a todos ustedes. Un asesinato impresiona siempre porque es algo terrible, pero cuando la víctima es una persona indefensa, como ocurre con todas esas pobres mujeres a las que sus maridos maltratan, a veces tanto que las matan, o cuando son niños como Mary Luz Cortés, parece que es más horrible, porque uno se pone en su lugar y no entiende cómo alguien puede ser tan salvaje como para hacer algo así con alguien tan indefenso. Pero cuando, además, ese asesinato se hubiera podido evitar si todos hubieran cumplido con su obligación, como me parece a mí que pasa en este caso, es que dan ganas de gritar de desesperación.

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