Aitor Riveiro
Tanto la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, como el alcalde de la capital de España, Alberto Ruiz Gallardón, alardean en cuanto tienen la ocasión de que la región que ambos gobiernan es el motor de la economÃa de la nación. No voy a ser yo quien les discuta tal dato pues es bastante probable que tengan razón y que Madrid esté a la cabeza en creación de riqueza del paÃs. Aguirre y Gallardón son las personas llamadas a liderar el PP si Mariano Rajoy y su equipo pierden las elecciones del próximo 9 de marzo, asà que no pierden ocasión en recordar las buenÃsimas cifras económicas de Madrid; y los madrileños, muy ‘potemkins’ ellos, aplauden y se vanaglorian en los bares, ‘solysombra’ en mano, de lo buenos que somos, la de dinero que generamos, lo bien que salimos en todas las estadÃsticas. Pues que quieren que les diga, pero yo prefiero ganar menos (incluso mucho menos) y vivir mejor.
Les voy a contar una aventura que vivà el otro dÃa. La semana pasada recaà (un poco) en una bronquitis que agarré a finales del año pasado. El miércoles por la tarde llamé al centro de salud para pedir cita a mi médico de cabecera. ¿Me dieron cita para el jueves? No. Para el viernes. Pero yo no podÃa esperar 48 horas a ser atendido, asà que decidà ir al dÃa siguiente al médico de mi empresa, quien me recomendó acudir a urgencias. Decirlo es fácil; lograrlo es, incluso con enchufe, complicado.