Miguel SebastiánEl dÃa de Reyes, es, con permiso de Papa Noel, el dÃa más feliz para muchos niños de España, porque los Reyes Magos les han aportado regalos e ilusión. Para muchos otros españoles, sobre todo los de mi generación, hay otros Reyes más importantes, los nuestros, los de verdad, que nos han aportado bienestar, estabilidad democrática y convivencia, y el perÃodo de mayor prosperidad económica de la Historia reciente. Por eso a algunos nos sorprende que a veces sean cuestionados desde diversos ángulos del espectro polÃtico, en general desde los extremos. Ese cuestionamiento es legÃtimo desde un punto de vista democrático, pero lo que no tiene ningún sentido económico es calificar a la MonarquÃa como un “despilfarro†o un “gasto inútil†de nuestro ordenamiento constitucional.
La Constitución establece que el Monarca es el Jefe del Estado, sÃmbolo de su unidad y permanencia, que arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes. Para ello, el artÃculo 65.2 de la Constitución dice que “El Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su Familia y Casa, y distribuye libremente la mismaâ€. Sigue leyendo