Pablo Beramendi                        Â
La propuesta de reforma del Estatuto de Cataluña situó el debate en torno al federalismo y la reforma del estado de las autonomÃas en el centro de la escena polÃtica. Dicho debate quedó pronto eclipsado por el resurgimiento de controversias sobre las ontologÃas nacionales de España. Una vez más la demagogia, la retórica hueca y los falsos contrarios anularon la posibilidad de un intercambio racional. Asistimos incluso a debates sobre si España o alguna de sus partes tenÃan tal o cual edad (siempre por encima de los mil años). En fin…Savater y sus muñec@s, con el inestimable empuje del espectral Vidal-Quadras (por lo visto, “ni de derechas ni de izquierdasâ€) han retomado la cantinela con energÃas renovadas. Hay que “salvar Españaâ€, “cerrar el sistemaâ€, “neutralizar a los nacionalismosâ€. La mera existencia de estas proclamas pseudoquirúrgicas es un indicador más del conflicto polÃtico entre varios nacionalismos, conflicto en el que las propias instituciones del estado son objeto de controversia. El problema es pues polÃtico e institucional. Y de cómo se resuelva depende en buena medida el bienestar futuro de todos. Conviene pues dejarse de ontologÃas y nominalismos y empezar a pensar qué es lo que sabemos acerca del funcionamiento de otros sistemas federales o cuasi federales y en qué medida podemos extraer lecciones aplicables a la necesaria actualización del Estado autonómico.
Sigue leyendo