Vuelta a las andadas

Mimo Titos

Afortunadamente parece que la vida de Gabriel Ginés no corre peligro pese a lo aparatoso del incendio del coche que conducía tras estallar la bomba que ETA había colocado. Evidentemente sería una excelente noticia que este «currela» de la seguridad, cuyo trabajo consiste en tratar de evitar que otros sean asesinados, pueda sanar rápidamente y con las menores secuelas posibles, tanto físicas como psicológicas. Pero el atentado es una pésima noticia, no menos pésima por anticipada. ETA segó dos vidas en la T4, pero tanto por las características del atentado como por sus comunicados posteriores, esas muertes no fueron tanto buscadas como provocadas por la irresponsabilidad de los terroristas, que trasladan a las fuerzas de seguridad el deber de proteger a la ciudadanía de una explosión monumental con un mero telefonazo minutos antes del momento proyectado para la explosión.

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