El sueño de una mala noche de verano

Verlitas
 
 A los Pili y Mili de la politica de alto standig, a los Pinto y Valdemoro de la oratoria, a los Pimpinela de la copla española que responden por �ngel Acebes y  Eduarzo Zaplana da gusto verlos eternamente juntos y de conversa yendo o viniendo del Congreso de los Diputados, ¿de qué hablarán dos hombres cuando no hablan de mujeres?, como diría Ansón, en España no se habla de otra cosa que de qué hablan Acebes y Zaplana cuando van o vienen del Congreso de los Diputados. Para dar respuesta solvente a cuestión de tan palpitante actualidad y más preocupante que el precio de los pisos, hemos seguido, con un micrófono oculto, a los dos citados próceres durante una jornada laboral completa, he aquí el resultado.
 
Los celebérrimos siameses del parlamentarismo hispánico abandonan la sesión vermut del Ritz con el sol de mediodía y verano cayéndoles vertical: Zaplana se atusa el nudo de la corbata, se peina el flequillo con los dedos, mira de soslayo por si hay fotógrafos y masca chicle Trident; Acebes escupe huesos de aceituna por el colmillo retorcido, tiene un palillo en la boca y camina, Acebes, pues, pertenece a la especie de los lumbreras capaces de mascar un palillo, caminar y escupir aceitunas por el colmillo retorcido, todo  a la vez, vamos, que desde su más tierna infancia tenía méritos sobrados para que  hicieran secreterio general del PP y vaya si lo hicieron.

– Tira el palillo, hombre, no seas hortera -lo increpa Zaplana-. A un padre de la Patria  le es obligado comportarse con urbanidad, expresarse con prudencia, vestir con elegancia, eliminar barriga y mirar de soslayo, a lo Bogart. Bien que me duele, pero debo confesarlo: eres un desastre -le tantea una solapa de la chaqueta-. Simple curiosidad, ¿quién te hace los trajes?
РLos compro hechos en el Corte Ingl̩s.
– Nada, tú necesitas un buen sastre. Ya te llevaré al mío. ¿Y las camisas? ¿También en el Corte Inglés?
– O en Carrefour, donde cuadre.
– Te daré la dirección de mi camisero. ¿Y la corbata?
– Oh, la corbata es de categoría suprema. Una Hermés.
– ¡Una anticualla! Te daré la dirección de mi corbatero. ¿Y los calzoncillos?
– Calvin Klein, no están mal.
– Horrorosos. No marcan paquete. Ya te daré la dirección de mi calzoncillero. Y-pellizcándole
los michelines- debes adelgazar a la mayor brebedad posible.
– Cuido la dieta, paso hambre.
– Entonces lo tuyo es defecto de fábrica. Esos quilos de más sólo se eliminan con una sobredosis de gimnasio. Mira mi cintura…, de avispa. Mira mi barriguita,  ni un gramo de grasa, compara.
– ¡Señor Zaplana, señor Zaplana!

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