Si somos el futuro…

Aitor Riveiro

En España, dos de cada tres jóvenes trabajadores tienen un contrato precario, el doble que la media de la OCDE. El paro juvenil dobla la tasa general de desempleo. El esfuerzo que los menores de 35 años tienen que soportar para comprarse una casa es del 69% del sueldo íntegro; en Madrid, la cifra alcanza un 83%, teniendo en cuenta que la media de los sueldos de la capital es mayor que en otras ciudades de España. La generación mejor preparada, según los políticos, es la peor pagada, menos valorada y, sin embargo, a la que más se le exige. “Buscamos un joven de entre 24 y 28 años, con máster o estudios de posgrado, experiencia demostrable, dominio de, al menos, dos de las siguientes lenguas (inglés, alemán, francés, italiano) para trabajar en horario completo. Contrato de 6+6 meses. 800 euros brutos�. Esta oferta de trabajo, ficticia, puede encontrarse cada día en cualquier página web laboral. Lo peor no es que la juventud sea explotada en trabajos propios de verano que todos hemos cogido para pagarnos unas vacaciones, el carné de conducir o el viaje de fin de carrera; lo peor es que se ha instalado entre los bachilleres de hoy la sensación totalmente justificada de que cursar una carrera no sólo no vale para nada, sino que lastra sus perspectivas de futuro.

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