Aitor Riveiro
«Â¿Quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mÃ? Las copas de vino que me tomo, déjeme que las tome tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie. A mà no me gusta que me digan ‘no puede ir usted a tanta velocidad’, ‘no puede comer hamburguesas de tanto’ o ‘se le prohÃbe beber vino’; déjeme que decida por mÃ, que en eso consiste la libertad». Quien asà habla no es Paco, el borracho desaseado que, acodado en la barra y con un palillo en la boca, arregla el mundo inspirándose en un ‘jotabecola’ mientras desnuda con la mirada a la quinceañera que entra a ver si le dejan comprar tabaco.