¿Puede una sociedad evitar el pirronismo si su Estado es él mismo pirrónico?

Ignacio Sánchez-Cuenca

Los maestros pirrónicos de la antigüedad nunca abordaron la cuestión titular que encabeza este artículo, debido sin duda a la ausencia de Estado en el sentido moderno del término. No habiendo Estados, difícilmente podía determinarse si el pirronismo estatal cala en la sociedad. Tan sólo Filetes de Cos, un adelantado a su tiempo, se afanó en resolver este rompecabezas en el siglo I antes de Cristo. El infeliz murió de desesperación, incapaz de entender la influencia de una entidad ficticia y rigurosamente inexistente sobre la sociedad. En su epitafio figura esta sentencia: «Morí en vano, entre la indiferencia pirrónica, sin hacer avanzar la doctrina».

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