Millán Gómez
Esta semana se ha cumplido el cuarto aniversario del comienzo de la guerra de Irak. Esta “intervención militarâ€? fue mayoritariamente rechazada por la sociedad española, tal y como quedó demostrado con la multitudinarias manifestaciones que se llevaron a cabo en las calles de las diferentes ciudades y villas españolas. La guerra de Irak fue rechazada en su momento por muchos de nosotros por injusta, ilegal, ilegÃtima y por ser una barbarie que asesinarÃa a cientos de miles de inocentes de la población civil iraquÃ. La tesis fundamental que sustentaba esta guerra era la presunta existencia de armas de destrucción masiva que poseÃa el régimen iraquÃ. De hecho, el entonces presidente del Gobierno español, José MarÃa Aznar, pidió confianza en su gestión a los ciudadanos españoles cuando afirmó, con la solemnidad y prepotencia que caracteriza a alguien que cree que la Historia le pertenece: “Créanme, Sadam Hussein tiene armas de destrucción masivaâ€?. Hace pocas fechas, el prestigioso conferenciante, polÃglota donde los haya y profesor en Georgetown, José MarÃa Aznar, realizó un amago de arrepentimiento cuando declaró, con una insultante sonrisa de oreja a oreja, que “entonces no lo sabÃa, pero ahora ya sé que en Irak no habÃa armas de destrucción masivaâ€?. Sigue leyendo