¿Se puede ser patriota en España?

Ignacio Sánchez-Cuenca

En los dos últimos años ha renacido con fuerza el nacionalismo español. Basta echar un vistazo a las fotos de las manifestaciones organizadas por la derecha en contra del Gobierno (la mayoría de ellas contra la política antiterrorista), para darse cuenta de la profusión de banderas y símbolos nacionales. Ondean tantas banderas bicolores como ikurriñas en las manifestaciones de los nacionalistas vascos. Hay algo casi obsesivo en el uso de nuestra bandera. En Madrid, muchos coches llevan una cinta con la enseña nacional anudada al espejo retrovisor. Y, en ciertos barrios, cada vez es más frecuente ver perros con collar y correa rojigualdas. Por no hablar de pulseritas o de banderitas diminutas pegadas con adhesivo a los relojes de pulsera. Sigue leyendo